Miguel Alfaro Vargas

Nació en La Mansión de Nicoya, el 10 de julio de 1956, en el rancho de su abuelo materno. Desde joven, laboro en todos los quehaceres del campo. Desde su niñez, lo apasionan las esculturas y las artesanías, época en que diseñaba sus juguetes e instrumentos para trabajar, destacando los yugos, carretas y trapiches.

Se dedica con entusiasmo a esculpir en maderas de desecho. El sueño de Don Miguel, es dedicar sus energías al quehacer artístico y encontrar en este un medio de subsistencia.

Don Miguel ha ido forjando, con muchas limitaciones, pero con gran entusiasmo un proyecto de vida como artista plástico. Inicia desde niño, "jugando", su acercamiento a la madera. Posteriormente sus ocupaciones, como albañil, carpintero y en aserraderos, lo orientan y motivan, a descubrir alternativas artísticas para enfrentar el material.

Toma de la naturaleza la madera que se desecha, confecciona a mano todo su trabajo, con herramientas rusticas, todas sus esculturas so de su propia inspiración. Su trabajo es original y transmite movimiento, vida.

Hombre de campo, sencillo y tenaz, que trasmite con su obra un inmenso amor por la naturaleza, por su tierra, por la vida. En un rincón "público", muy cerca de su casa, en el pueblo de La Mansión de Nicoya, pasa cada día, mas de dieciocho horas transformando la madera, que encuentra desechada, en obras que maravillan. La influencia del mar y de !a costa esta en sus trabajos. Su reencuentro con la vida ha sido posible por medio de la escultura y el apoyo de su familia

“Es un arte, en donde se le da provecho a la madera que ya no se usa. Con esto le estamos dando un mensaje a la juventud, que el arte es vida, es creación, es crear,” (Miguel Alfaro)

Miguel Ángel Alfaro Vargas

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