Pintar es su gran pasión y firma Cécil Fernández.

Se siente viva cuando plasma en el lienzo los colores y traza un mensaje que demuestra un no a la violencia. “Dios me dio un don y lo utilizo para que la gente comprenda que hay cosas maravillosas que nos pueden traer paz”, dijo Cecilia, una puntarenense que nació el 26 de septiembre de 1954, a quien le encanta apoyar los bailes folclóricos y las exhibiciones de arte. Cécil recuerda que desde sus 7 años pintaba, se sentía liberada cuando lo hacía. Por eso cada tiempo libre era dedicado a pintar cuadros de óleo, los cuales eran en ocasiones regalados o guardados en algún rincón de la casa.

Esta pintora es egresada de la escuela Smith Corona, y aunque obtuvo un técnico en secretariado ejecutivo y empezó a trabajar en una compañía italiana a los 17 años, su deseo por pintar de manera más profesional seguía en pie. Su primer paso fue tomar cursos de pintura durante tres años, además estudió en la Escuela Olga Espinach, donde aprendió sobre la técnica de plumilla y relieve. También se especializó en pintura sobre vidrio, porcelana y madera, en Panamá, país en el que vivió durante 6 años pues trabajaba como secretaria del cuerpo diplomático en la embajada de Costa Rica.

Su casa cobija un gran tesoro, una biblioteca repleta de revistas, libros y enciclopedias, todo relacionado con el arte en general, pero sobre todo, de lo que más le gusta hacer, pintar. Cecilia asegura que cada libro lo leyó y que todo ese conocimiento le aportó para mejorar su técnica. Su destreza es admirada y reconocida por muchas personas nacionales e internacionales que disfrutan de sus cuadros en las exposiciones en el Parque de Esparza. Con la llegada de los cruceros al muelle de Puntarenas cientos de turistas aprovechan para llevarse una de sus obras. Cécil se sorprende al recordar que en una tarde vendió más de 600 mil colones en cuadros.

Dentro de sus creaciones destacan paisajes marinos y figuras humanas.

También prefiere la pintura mística, en donde expresa la “grandeza de Dios”. De hecho, de las 150 obras que aproximadamente ha realizado, los dos trabajos más relevantes para ella son el de “El gran señor” -un dios que se encuentra sentado en un trono- y una pintura llamada “El manglar de Tivives”. “El gran señor” sencillamente para ella es un cuadro muy hermoso que refleja la divinidad de un ser supremo y “El manglar de Tivives” es una obra realizada en un lienzo de 1 metro y 10 centímetros. Su elaboración duró un año y medio. Y para poder plasmar la esencia del manglar, alquiló un bote para recorrer los canales de Tivives.

Esta puntarenense se sintió muy feliz y realizada cuando terminó el cuadro, pues fue un gran reto confeccionarlo. Esta obra ahora se encuentra en la Clínica Oftalmológica de San José. Aunque no le gusta figurar y llamar la atención, ella se hizo conocida cuando ganó el primer lugar de un certamen realizado por la Municipalidad de Puntarenas. La felicidad la embargó cuando vio en primera plana del periódico La Nación una fotografía suya, en la cual pintaba el cuadro ganador. Eso de alguna forma la llenó de satisfacción porque vio materializado su sueño.

No todo fue color de rosa en los pinceles de Cécil, para comprar los materiales ella vendió sus joyas, y esos momentos fueron difíciles, porque aunque sus hijos la ayudan, las pinturas y telas para los lienzos representan un gran gasto. Pero al ver lo que ha logrado hasta ahora, esta pintora siente que ha valido la pena.

Por ahora su sueño se convierte en obtener una beca para seguir estudiando eso que más le gusta hacer, además de lograr participar en un algún festival Internacional. Pero hasta que llegue ese momento, Cecilia seguirá disfrutando de ser parte de festivales regionales de teatro y de arte, tanto en Puntarenas como en San José.

Fuente: Información proporcionada por la señora María Cecilia Fernández Hidalgo

Reseña elaborada por la señora Ersilia Zúñiga

María Cecilia Fernández Hidalgo

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