Fue construido en el año 1908 como residencia por el empresario y político costarricense Máximo Fernández Alvarado. Posteriormente, en 1914 su dueño alquiló el inmueble al Estado para instalar ahí la Casa Presidencial durante el período de 1914 a 1923. A partir de ese último año, el inmueble fue adquirido por el gobierno de los Estados Unidos para localizar la Legación Norteamericana, hasta el año 1954, cuando fue adquirido por el doctor Carlos Gutiérrez Cañas, quien se encargó de mantener y conservar el inmueble en su autenticidad e integridad.

Finalmente, en el año 1989, la Asamblea Legislativa adquirió la residencia para darle un nuevo uso como Directorio Legislativo y ubicar ahí oficinas administrativas y salas para actos protocolarios.

El inmueble tiene un área construida original de quinientos metros cuadrados, distribuidos en dos niveles, al cual se tiene acceso a través de una escalera de mármol. Junto al concreto armado de la fábrica original del edificio, también posee bases de piedra de granito criollo, madera moldurada en las puertas y ventanas, así como en la estructura de la cubierta, que originalmente era de pizarra. Los pisos internos son de granito italiano, y de mosaico andaluz en los espacios exteriores y balcones.

 El segundo nivel posee un balcón delimitado por una balaustrada de concreto armado, que articula una composición volumétrica que incluye el ingreso principal al bien inmueble. Conserva hasta la fecha actual, un muro perimetral con verjas de hierro colado, que delimita las áreas de los antejardines. Su arquitectura manifiesta la influencia del lenguaje victoriano grecorromano o italianizante como también se le denomina, con elementos ornamentales de influencia Art Nouveau.

El inmueble se declaró Patrimonio Histórico Arquitectónico según decreto N°6493-C de fecha 17 de noviembre de 1976.