Juan Carlos Soto Luthier

Juan Carlos Soto nació un primero de marzo de 1965 y desde muy niño inició su formación musical, mostrando una preferencia por los instrumentos de cuerda. Estudió violín 7 años en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Costa Rica. Cuando estaba en décimo año del colegio, formó parte del Conservatorio de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, institución en la cual más adelante también cursó 4 años de Guitarra Clásica.

Los años de estudio musical despertaron en este josefino la curiosidad de fabricar por sí mismo los instrumentos. Lo apasionó la idea de convertirse en un lutier, o sea, una persona que construye, ajusta o repara instrumentos de cuerda.

Investigó acerca de los estudios que debía emprender para ello y solicitó becas en diferentes embajadas para prepararse en el extranjero, pues en Costa Rica no existía tal especialidad.

Soto esperó dos años antes de obtener una respuesta positiva de alguna embajada, aprovechando el tiempo para estudiar los idiomas inglés, francés e italiano; además de prepararse, lo mejor que pudiera y de manera autodidáctica, en trabajos manuales para intentar hacer sus propios instrumentos.

El gobierno de Italia le dio la noticia esperada en 1984. A sus 19 años partió de Costa Rica para cumplir su sueño. Se trasladó a la ciudad de Cremona para asistir durante 4 años a la carrera Construcción y restauración de violín, viola y violoncello, en el Istituto Professionale Internazionale per l’Artigianato Liutario e del Legno Antonio Stradivari, en donde obtiene, en 1988, el título de Maestro Luthier.

Al tercer año de carrera, en unas vacaciones en su natal Costa Rica, se reencontró con la musicóloga y laudista Tania Vicente, su ahora esposa, quien lo acompañó de regreso a Italia a continuar con sus estudios.

Los cuatro años se convirtieron en 15, pues una vez que terminó su carrera, Soto decidió quedarse en Italia para trabajar y seguir especializándose. Ingresó a Regione Lombardia, una casa de enseñanza donde obtuvo en 1986 el título de Constructor de Guitarras y en 1994 el de Arquero.

Este lutier también estudió construcción de instrumentos antiguos y de órganos tubulares. Todos esos años de estudios lo convierten en el único costarricense con título de constructor de instrumentos musicales de cuerdas para la música clásica y música antigua del renacimiento y del barroco.

Conocido como Soto-Lutier, este hombre ha construido alrededor de 200 instrumentos finos. Algunos pertenecen a músicos con fama. Le causa gran satisfacción realizar su trabajo en Costa Rica y proyectarse tan bien, tanto en el exterior como en el interior del país. Sus instrumentos se tocan por ejemplo en países como Italia, Alemania, España, Holanda, Estados Unidos, Corea, Taiwan, Japón y por su puesto Costa Rica.

Otro orgullo para este lutier es que algunos músicos que han ganado premios internacionales utilizaron su instrumento en el momento del concurso, y que otras de sus creaciones han sido empleadas para la grabación de discos.

Los instrumentos de música antigua son los preferidos de Soto, los construye respetando los parámetros históricos para una reproducción fiel del sonido, inspirado en los modelos originales que se encuentran en museos europeos.

Según él, un instrumento perfecto debe poseer una conjugación de historicidad, ergonomía y musicalidad, tres aspectos que son difíciles de obtener. Por esta razón, este hombre necesita un mes para lograr construir un instrumento con esas características.

La adhesión de clientes es impresionante, una lista de espera de año y medio confirma este hecho. Tiene pendientes encargos, tanto nacionales como internacionales.

No tiene hijos, pero su conocimiento ya ha sido heredado a cuatro jóvenes que ahora se ganan la vida con esta profesión.

Fuente: Información proporcionada por el señor Juan Carlos Soto

Reseña elaborada por Ersilia Zúñiga Centeno