La Alborada

Una Tradición Única con Sello Domingueño

“La alborada es la versión domingueña de la tradicional diana”, así se presenta esta tradición en el programa “HERENCIAS” de canal 13 para televisión nacional en 1986. No podemos pasar por alto en este documento esta tradición única que se celebra en Santo Domingo desde hace más de 100 años.
La alborada históricamente ha contado con la participación del pueblo entero, en los últimos 50 años la tradición adquiere mayor popularidad y sus características que hoy la identifican.
Existe una Comisión Domingueña de Mascaradas y Alboradas, antes llamada ¨Comisión de Alboradas y Mascaradas”, formada por domingueños que a lo largo de los años se han preocupado porque esta tradición se mantenga y se realice cada año. Personajes como Jorge Zamora, posteriormente Edgar Pérez “Don Gato” o “Gallo”, Ronald Chacón.

¿Pero que es La Alborada y que tiene de particular?

En Santo Domingo se celebra tanto la Diana, como la Alborada. Ambas dan inicio a las 5 de la mañana.
La Diana se lleva a cabo el 15 de septiembre para despertar a los vecinos en celebración de la independencia de Costa Rica o en alguna ocasión especial como el 28 de septiembre día del cantonato de Santo Domingo. En este caso participa solo la cimarrona, que recorre las calles de todo el pueblo a cierta velocidad para abarcar todo el distrito central, este recorrido se realiza en un camión por lo que no participan personas caminando, a excepción de algún trasnochador o madrugador que acompañe a la cimarrona en el camión a despertar a todos los vecinos en conjunto con las bombetas de “doble trueno”.
La Alborada se realiza 2 veces al año: para celebrar el día de Santo Domingo (8 de agosto, anteriormente 4 de agosto) y el día de la Virgen del Rosario (7 de octubre). Durante muchos años se realizó el propio día, en años recientes se celebra el domingo más cercano a la fecha respectiva. En esta ocasión participa todo el pueblo, desde los más pequeños hasta nuestros abuelos y adultos mayores, todos disfrutan por igual recorriendo las calles junto a la cimarrona y las mascaradas. La comisión de mascaradas se encarga de elegir un Rey y una Reina de la alborada, se realiza un acto de coronación ya comenzado el recorrido, en el cual no puede faltar el discurso de agradecimiento del organizador.
Casi finalizada la alborada se realiza el “convite”, una recepción con un desayuno para todos los participantes afuera de la casa de algún vecino colaborador. El recorrido tradicionalmente inicia y termina ya sea en la Basílica de Santo Domingo o la Iglesia del Rosario según la celebración.
Ese grupo organizador siempre conto con Don Jorge Zamora, los hermanos Azofeifa, Don Herberth Benavides, entre otros que recordamos, que siempre procuraron que no faltara nada para la celebración y recogían el dinero en el comercio y con amigos de estas
tradiciones.
Hoy la alborada sigue viva y es esperada cada año, pues hay algunos y algunas domingueñas que se han empeñado en que no muera.
En una foto de la cimarrona de los sesentas reconocemos sin duda al bombo y su ejecutante Antonio Zúñiga, Antonio Bolaños en el redoblante y platillos, a Joaquín Chaves, Ramón Valerio, Fernando Arce, Ramón Bolaños. Luego han llegado músicos más
jóvenes, hijos y hasta nietos de ellos hasta la actual generación, lo que ha permitido la proliferación de cimarronas muy domingueñas y que constituye parte del legado importantísimo de esta celebración.”

Fuente:

"Las Cimarronas de Santo Domingo de Heredia".

Juan José Carazo Bolaños. 2019.