Cuando nacieron sus niñas ella empezó a coserles la ropita, poco a poco, hasta que perfeccionó su técnica y empezaron a encargarle pedidos, aprendió sola, compraba algo y lo veía y así le hacía la ropa a las hijas.
Después su esposo le pudo comprar una máquina pequeña y después industrial, lo cual le ayudó a seguir aprendiendo. Desarmaba la ropa para tomar los moldes y modificaba los moldes si quería otro diseño. Trabajaba en las noches después de que las hijas se dormían. Cuando una de las hijas estaba en sexto grado la maestra le pidió que le hiciera una enagua, la hizo hace más de 38 años, a las demás personas les gustó y le empezaron a encargar. Ella confecciona trajes típicos para bailes folclóricos, usa también los colores de la bandera de La Cruz, que representan al cultura guanacasteca. Se inspira en los colores también de los pájaros de la zona como el jabirú. Cuando le hacen pedidos, toma las medidas y pide las telas en San José, empieza a sacar los moldes, cortar y confeccionar la pieza. En cada enagua tarda tres días aproximadamente, trabaja sola. Con las blusas tarda un par de horas. Los colores de las enaguas los escoge el cliente. Para que quede la base de la enagua usa 6 metros y para los vuelos cada color se compran 4 metros, se hace una sola costura, usa tela de razo para la base y satín para los vuelos; los clientes piden la tela desde San José porque no hay en La Cruz. Las enaguas son diferentes, tienen diferentes usos, está la tradicional y la de gala, lo que difieren son los colores. Las blusas se relacionan con la enagua. Le da trabajo a una hija.

María Justina Espinoza

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