Tobías Corrales Aguilar

Historia

"Boyero es una palabra fácil de decir pero, para ser bueyero hay que saber hacerlo" afirma don Tobías,con años de experiencia acerca del tema de los bueyes.

Don Tobías el mayor de 14 hermanos, nace un 28 de abril de 1936 cerca de los cerros escazuceños, lugar donde fue creciendo su pasión por los bueyes., gracias a su padre aprendió este peculiar gusto, que yacía años atrás entre sus antepasados, tanto maternos como paternos.

"Me levantaba como a las 3 de la mañana para ayudarle a papá con los bueyes, después me iba sucio para la escuela..." recuerda con mucho entusismo don Tobías.

Para don Tobías los bueyes son parte de su vida, aún recuerda con nostalgía la noche en que por un envenenamiento, murio en sus brazos "el indio", uno de sus bueyes, y es que por sus manos han pasado aproximadamente 25 yuntas, pero para él cada una es diferente.

Desde que tiene memoria a participado a la conmemmoración al camion, que se realiza en Escazú, el segundo domingo de cada Marzo. Este año (2011) la celebración se dedicó a don Tobías como personaje que representa este oficio en la comunidad escazuceña.

Cuando tenía 13 años a don Teodor Corrales, su padre, se le ocurre la idea de montar un trapiche en su casa. Desde entonces realizar la "tarea" ha sido una labor constante, que ahora la desempeña con la ayuda de don Leonel Mena, amigo de hace varios años. Con una producción semanal de 25 tamugas (100 tapas de dulce) famosas por su calidad y sabor, vecinos se acercan a comprar su ración de dulce.  

Alude que ha cortado caña de "tajo a rabo" en el pueblo. La satisfacción después de cada molida (hacer las tapas de dulce) es mucha pero, el paso de los años y la aparición de ciertos padecimientos han obligado a don Tobías a dedicarle menos tiempo al trapiche, pensar en dejar la "tarea" lo entristece.  

 Otra faena en su vida es el trabajo con madera, desde pequeño le gustó labrarla. A los 8 años su tío Vidal le regaló una cuchilla  y en ese entonces moldeaba pedacitos de madera en forma de yugo, pero, fue hasta el 2003 que llevó la práctica a tamaño real, cortar madera, para luego  "embarrarlos de pintura" como él dice. En este proceso se lleva 4 días.

Con humildad cuenta que ha vendido varios yugos entre personas de la comunidad y pasajeros que se detienen atraidos por el peculiar  "embarrado de pintura".

Reconocimientos:

Tesoros humanos vivos: Reconocimiento por la conservación del patrimonio cultural. UNESCO. 

Dedicación de la festividad del "Día del boyero" en Escazú, 2011.

Fuente:

Información proporcionada por el señor Tobías Corrales Aguilar.