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Miguel Cortés Rojas

  1. Datos generales
  2. Ubicación
Categoría:
Patrimonio inmaterial / Oficios tradicionales / Ebanista

Contacto

Teléfono de trabajo:
85010486.
Ubicación:
Puntarenas, Esparza, San Rafael

    Descripción

       

    Don Miguel fue un trabajador agrícola, chapeador y cuidador de fincas hasta que la tragedia tocó su vida con un accidente automovilístico.

    El conductor del vehículo que invadió su carril y los chocó, falleció en el sitio. Los familiares que viajaban en el automóvil con él, sufrieron golpes y heridas de consideración, pero quien llevó la peor parte del impacto fue Miguel, que vio seriamente afectada su pierna izquierda.

    Esta situación le imposibilito continuar trabajando y recibió su pensión por invalidez. La recuperación y rehabilitación fueron largas y dolorosas y le dejaron postrado en silla de ruedas al tiempo que los médicos que daban seguimiento al caso, debatían si su pierna era candidata para cirugía o para amputación.

    El diagnóstico no era alentador, el pronóstico era que con o sin la pierna, su aliada sería siempre la silla de ruedas.

    La fe y confianza en Dios siempre estuvieron en su corazón y en medio de su familia. Su esposa, que al momento del accidente tenía cuatro meses de embarazo de su segundo hijo, fue su principal apoyo, que a pesar de su embarazo y luego cuidando al bebé, se veía en la necesidad de atender también a Miguel.

    A pesar de los pronósticos reservados, Miguel fue sometido a una cirugía para intentar reconstruir el fémur y alargar los 12 centímetros que se había acortado la pierna. Con pines que sobresalían de la piel del muslo y hasta la rodilla, tenía que ir ajustando él mismo, los tornillos que separaban los extremos de la fractura y a la espera de lo improbable que resultaba que se volviera a formar correctamente el trozo de hueso inexistente.

    Fue en este tiempo de rehabilitación luego de la cirugía, cuando el dolor era más intenso y sin posibilidades de escapar de su condición, que los médicos le indicaron que para superar el momento era necesario buscar algo que distrajera su mente y tiempo y le apartaran del dolor físico insoportable. Entonces un amigo le regaló dos orquídeas, que Miguel comenzó a chinear para mantenerse ocupado con algo sencillo.

    Toda esta historia es importante porque nos hace llegar a este momento:

    Una de esas tardes con sus orquídeas, Miguel tomó un trozo de madera del patio y con su cuchilla comenzó a darle forma, a quitar virutas de madera y tallar algo. Esto le resultó entretenido y gratificante, además de que lo hizo descubrir que tenía talento para trabajar con la madera. Sus primeras piezas fueron unas culatas de rifle que un amigo le ayudó a vender como artesanías.

    De ahí en adelante comenzó a conseguir las herramientas, que muchas han ido llegando como regalos de amigos, empezó a experimentar con la madera haciendo los propios muebles de su casa y no tardaron en preguntarle si hacía reparaciones, restauraciones y encargos.

    En el patio de su casa comenzó a perfilar un tallercito bajo un alero, pero no tardaron en llegar las quejas de los vecinos por el ruido y polvo, por lo que estuvo a punto de desistir, pero un vecino de una propiedad más grande le ofreció que se instalara detrás de un galerón que tiene.

    Nunca estudió carpintería ni ebanistería, pero la curiosidad y la habilidad natural que descubrió, le permiten hacer muchos trabajos en madera, incluso inventar y crear cosas nuevas.

    Hace años ya Miguel dejó la silla de ruedas, pues contra todo pronóstico, el hueso del fémur se logró regenerar, y el esfuerzo y dolor durante la rehabilitación valieron la pena. Médicamente sus doctores no se atribuyen este éxito, pero Miguel y su familia tienen la certeza de ser producto de un milagro de Dios.

    Actualmente tiene en la ebanistería, una entrada de dinero extra y una terapia que le sigue manteniendo ocupado, activo y productivo. A pesar de ello, por su condición, no puede dedicarse a tiempo completo a este oficio, ya que no puede permanecer tanto tiempo de pie, necesita dedicar tiempo al ciclismo, ejercicio obligatorio a modo de terapia física e incluso hay ocasiones en que el dolor no le permite levantarse.

    Hoy, Miguel es consciente de que sin aquella tragedia, tal vez hoy no tendría idea del talento que encontró en el tradicional oficio de trabajar la madera.

    Archivos adjuntos

      Autor de la ficha: Personal contratado del Inventario Cultural

      Autoría: Inventario Cultural Esparza 2016